La otra Autoclásica

La otra Autoclásica

La otra Autoclásica

La otra Autoclásica
La otra Autoclásica
La otra Autoclásica

Es la mejor exposición y concurso de elegancia de Sudamérica, dicen. Ha de ser cierto, pues la calidad y cantidad de autos y motos de todo tipo que podemos encontrar allí no tiene parangón. Diferentes categorías y estado nos revelan un mundo amplio y, a veces, no del todo conocido aún para los que estamos en contacto con la actividad.

CAdeAA, este año, abonó la sana costumbre de subir a la rampa de premiación algunos exponentes de la voluntad y capacidad de nuestros Socios a la hora de conseguir, investigar, restaurar y presentar una máquina:

La otra Autoclásica
La otra Autoclásica

Socios CAdeAA Ganadores

COMPETICION INTERNACIONAL:
1er. Premio: Maserati 250F 1956 de Jorge Ferioli.
2do. Premio: Cisitalia D49 1948 de Sergio Lugo.

VINTAGE AMERICANOS:
2do. Premio: Packard 1924 Dual Cowl de Luis Gold.

POST VINTAGE AMERICANOS:
2do. Premio: DeSoto 1939 Sedan de Horacio Rossi.

La otra Autoclásica

La otra Autoclásica
La otra Autoclásica
La otra Autoclásica
Margarita firme, a pesar del barro
Margarita firme, a pesar del barro

Pero esta vez nos gustaría detenernos en la otra Autoclásica, la que está detrás de los árboles, donde no llega el asfalto.

Un mundo de repuestos usados; automobilia; tapizados; ruedas a medida y libros con todo tipo de información para los que andamos siempre restaurando algo, armando nuestro garaje, decorando nuestra oficina o, por qué no, un living.

Ud. puede escuchar hablar inglés, portugués, italiano o descubrir acentos: uruguayo, chileno, peruano y hasta colombiano, entre otros. Algunos periodistas de medios extranjeros también deambulan por el enchastre que la lluvia deja todos los años.

DiegoBalduccio surte de repuestos a los amantes de los Ford A y V8; la gente de Ruedas Indaz le fabrica todas lo que precise; Pancho Scarlato consigue cristales de faros, faros, partes de motores, autos y todo lo inhallable y lo ofrece sobre el mostrador de su stand. Eduardo Herce, similar. Los amigos de Revigal enseñan cómo se cuida un auto. Las 3 hermosas damas rubias de Fundas Hobbie le cubren lo que sea, a medida, siempre que tenga ruedas. Hay un especialista en autos ingleses. Hay un stand donde Vintage Racing Cars ofrece réplicas de autos famosos. Booklands tiene literatura y manuales estrictamente necesarios. Miguelito, del emporio, sigue la tradición y junta fierros de toda clase para surtir al necesitado. Más allá Daniel Galeano soluciona definitivamente el problema de las radios valvulares o inexistentes mientras el Dr. Vescio suministra los mamelucos, camisas, cascos y demás complementos para vestirnos de época. Los muchachos de Isetta Manía no se sabe si compran o venden, pero están allí siempre. Covermatic ofrece un cubre autos eléctrico ideal para maniáticos grado 3. Cerca, SMART muestra un eficiente aparatito que elimina para siempre el problema de las baterías descargadas. Hay muchos otros puestos y como en un zoco árabe, los olores, disimulos y regateos van cubriendo como un manto esa feria de chatarra que se vuelve oro en manos de los necesitados.

Esa otra Autoclásica, además, nos permite cruzarnos con amigos del interior y el exterior y compartir una cerveza fría mientras nos ponemos al tanto de los engrasados chimentos y divertidos rumores. O conseguimos un dato aliviador como respuesta a una desesperada necesidad, insatisfecha por el Autojumble.

Como si todo este colorido carrusel de sube y baja fuera poco, en una de esas, volvemos a casa con un Scintilla bajo el brazo.

Bendito sea.

Fotos: Martín Gómez