CAdeAA repitió la hazaña anterior y realizó el 2do. Gran Premio para baquets. Una categoría que tiene cada vez más entusiastas dispuestos a rememorar el principio del siglo pasado, sus empolvados caminos y la saga de aquellos mecánicos devenidos en arriesgados corredores.

Por aquel entonces, los viernes tomaban un auto y le quitaban todo lo accesorio, todo lo que pudiera eliminar peso. Solo quedaba lo indispensable: chasis, motor, dos asientos y el tanque de combustible. Lo demás se desmontaba y guardaba. La mejorada relación peso/potencia mejoraba la velocidad. La habilidad para exprimir el motor disponible hacía la diferencia. Lo que se lograba era, a veces, difícil de creer. El lunes, con muchos litros de combustible consumidos y gran cantidad de tierra en todos los rincones del auto y de la humanidad del piloto, los autos se dejaban así si la fortuna sonreía o se volvían a armar si los morlacos escaseaban.

La edición anterior se dedicó a Ernesto Blanco y su REO original asistió. En esta edición se homenajeó a Mariano de la Fuente y su Studebaker original también asistió. Siempre gracias a sus propietarios, apasionados y generosos. Notable.

El Municipio de Almirante Brown nos esperaba para largar. El fierrero Intendente Darío Giustozzi disfrutó de la exposición estática y difundió su pasión por las máquinas de carrera, habló de su historia personal relacionada y explicó a los escolares asistentes el cómo y por qué de las máquinas. El apoyo del Municipio a nuestro Gran Premio da cuenta de esa pasión.

El recorrido Almirante Brown-Rosario se realizó en dos días, cada uno con etapas de unos 200 km y una parada a almorzar. Siempre por caminos de tierra, cruzando campos flor, de los mejores del mundo. Los chacareros, peones y sus familias nos buscaban en el pueblo o saludaban nuestro paso esperando en las tranqueras. ¿Existirá algo más emocionante y gratificante en el mundo? Difícil. Aquí se junta el campo, que es la esencia de la argentinidad y lo más puro de la pasión del interior, los fierros. Como ayer, un trigo madurando o un maicito implantado sin chanchos, bien apretadito y sano, constituyeron el marco más apropiado para el paso de las baquets. Los teros y cuises, en cambio, no agradecen tener que salir corriendo, aunque perdonan el estruendo por ser tan esporádico.

La primera etapa paramos para comer en un hermoso pueblo de pocos y gentiles habitantes: Gouin. Allí, la comida fue casera, tomada a la vera de la antigua y abandonada estación de Ferrocarril, hoy restaurante. Inolvidable. La noche, la pasamos en Salto, alojados en un hotel mitad familiar, mitad alojamiento, al que vamos desde hace muchos años. Los debutantes imaginaron y sufrieron las consabidas bromas al respecto.

La segunda etapa. Partiendo de Salto tuvo su parada gastronómica en Colón y su finalización en Álvarez, un pueblo anterior a Rosario. Aquí, la alegría de la llegada y lo helado de la cerveza que tan bien cae después de una carrera de baquets, puso el punto final a un encuentro fantástico, donde todos jugamos a ser quienes no somos, sobre caminos que no transitamos, sobre autos que no lo son. Una verdadera fantochada a la que cada vez adherimos más gente con ganas de jugar, usar las baquets y pasarla bien ¡Y qué feliz nos hace!

Como participante tengo la obligación de agradecer y mucho. A CAdeAA. A José María Pedota quien se pone el evento al hombro y parece Jonah Lomu yendo para try. Al Director Deportivo Juan Carlos Viña y a sus hijos, Ricky y Cako, quienes marcan la ruta, la miden, hacen las hojas de ruta, vuelven después de la intensa lluvia a hacer todo nuevamente, calculan, controlan. Ellos cuatro (más Robbie Marenzi que se sumó este año) se levantan primero y se acuestan últimos, sin recibir más beneficio que la gratitud de todos. A mis compañeros de ruta, consocios o invitados, con los que nos divertimos a pleno jugando como pibes. Un agradecimiento especial a Jorge Ferioli quien prestó y a Federico Ferioli quien condujo (y disfrutó) el auto emblema: el Studebaker de Mariano de la Fuente, junto a los técnicos Enrique Genero y Javier Carew quienes velaron para que esa máquina histórica no tuviera ningún tipo de inconveniente.

¿Cuándo y hacia donde se hará el 3er.Gran Premio? Ya lo estoy esperando.