Domingo Bucci

Domingo Bucci

Se cumplieron 85 años de su primer triunfo en Esperanza.

Domingo  Bucci
Hábil mecánico y apasionado corredor.
Hábil mecánico y apasionado corredor.
Postal de época. Mingo sobre el mítico Hudson.
Postal de época. Mingo sobre el mítico Hudson.
Esta secuencia gráfica de la vida de D. Bucci no tiene <br/> la resolución necesaria para aumentar su tamaño. <br/> Rogamos disimular el inconveniente, disfrutando su <br/> frescura y antigüedad, prescindiendo de su ilegible<br/> letra escrita.
Esta secuencia gráfica de la vida de D. Bucci no tiene
la resolución necesaria para aumentar su tamaño.
Rogamos disimular el inconveniente, disfrutando su
frescura y antigüedad, prescindiendo de su ilegible
letra escrita.
El taller iniciático Bucci & Bargiano 1922.
El taller iniciático Bucci & Bargiano 1922.
Foto de Domingo Bucci en el<br/> Esperanza Automóvil Club
Foto de Domingo Bucci en el
"Esperanza Automóvil Club"

El 4 de Setiembre se cumplieron 85 años de la victoria más resonante de Domingo Bucci, conseguida en el circuito de Esperanza en 1927.

Hombre de aquella vieja estirpe de mecánicos-experimentadores-pilotos, ganador del Gran Premio Nacional, las 500 Millas de Rafaela y dos veces en el circuito del Esperanza Automóvil Club, era de esta zona de la provincia de Santa Fe, pero su pasión por los autos y los motores lo fueron llevando lejos.

Nació en 1894 en San Carlos Centro, Santa Fe. Hijo de piamonteses y oriundo de una zona con fuerte presencia de italianos, seguramente había heredado su temperamento. Parte de su vida transcurrió en Morteros (Córdoba).

Como si no fuera suficiente, Mingo también vivió en Italia durante una etapa muy importante de su vida, colmada de sueños y experiencias, que marcaron su vida para siempre.

Desde bien chico se interesó por la mecánica. A los siete años ya ayudaba a su padre en el manejo de una trilladora (seguramente a vapor) que era el medio de vida de la familia. Anduvo por Clucellas y Zenón Pereyra, cerquita de los pagos de quien escribe.

A sus trece años entró a trabajar en un taller en el que componían bicicletas, máquinas de coser y armas de fuego, siendo ese su primer contacto directo con la mecánica. Allí conoció a Alfonso Cattini que lo llevó a trabajar a Villa María cuando tenía 17 años, donde empezó a ver pasar los primeros aeroplanos que lo atrajeron inmediatamente. Fue entonces cuando, seguramente, nació su anhelo por volar.

Cuando su padre debió cambiar de ocupación, para trabajar en una nueva actividad volvió a su lado y convirtieron un automóvil NSU en chatita para adaptarlo a la tarea que realizaban, pero parece que el afán de velocidad del hijo no se llevaba de acuerdo con las ideas del progenitor, por lo que la sociedad duró poco.

Por lo cual Domingo decidió iniciarse por su cuenta desempeñándose como Taxi y el auto fue devuelto al estado original para ir a trabajar a la ciudad de Santa Fe.

Después de un tiempo vendió ese auto, juntó lo recaudado y algunos ahorros marchándose a Europa a aprender a volar, donde fue discípulo de Roland Garros, posteriormente héroe de la aviación francesa.

En Italia obtuvo su brevet de piloto, a los 19 años. De vuelta, sin avión que volar, se enteró que cerca de sus pagos, en San Jerónimo Norte, un suizo de apellido Briggiler había construido uno, basado en planos de una revista de aviación.

Bucci con sus conocimientos recién adquiridos, sus deseos de volar, su coraje y entusiasmo decidió probar suerte con aquel aparato de hechura casera que jamás había tomado vuelo.

Con sus conocimientos aportó algunas modificaciones y, no obstante, aunque consiguieron despegar, no lograron que se elevara ni se mantuviera en vuelo.

Debió convencer al "inventor" que aquel aparato jamás volaría, entonces, conjuntamente viajaron a Buenos Aires donde compraron un Bleriot de 50 HP y 1.200 rpm por $ 7.000. A su vuelta fueron recibidos con todos los honores en un Festival en San Jerónimo, donde recaudaron $1.200. De allí fueron a Esperanza donde consiguieron $ 800 en otra exhibición.

No era muy rentable y, ante la perspectiva de casamiento, la futura esposa le habría sugerido una actividad menos riesgosa, por lo que Domingo se estableció con un taller mecánico.

Como era un tipo sumamente inquieto empezó a correr en auto, interviniendo en las carreras de la época. Debutó en 1920 en Morteros, con Overland. Luego con un Stoddard–Dayton, sin mayor suerte. Su primera victoria llegó en San Francisco (Córdoba) con un CASE, el 19 de junio de 1921.

Pero fue en Esperanza donde obtuvo, precisamente, su más resonante victoria, con Hudson, en 1927, en el circuito semipermanente del Esperanza Automóvil Club, en dura lucha con rivales de la talla del debutante Zatuszek con Mercedes Benz quien debió abandonar, Jorge Perín con Bugatti y Juan A. Malcom con Delage o Vittorio Rossa con Alfa Romeo.

Volvió al circuito esperancino en 1928, de nuevo con Hudson, y otra vez ganó, derrotando a Méstola, Desideri, Perín, Riganti y Zatuszek. Ese auto ha sido reconstruído y suele exhibirse. Bucci lo había apodado "Bestiún" término del dialecto piamontés para significar rudo, tosco, grande y es el seudónimo con que esa máquina entró en la historia grande de nuestro automovilismo, hasta que a alguien se lo ocurrió por desconocimiento rebautizarlo "Béstium" o porque tal vez suena más fino...

En 1925 y 1926 había ganado la copa KADE con otro Hudson facilitado por Tomás Roatta. Mientras que el 25 de marzo de 1925 ganó una competencia organizada por el Automóvil Club de Santa Fe, siempre con los mismos motores seis cilindros de misma marca norteamericana que, lógicamente, él mismo preparaba.

En 1926 ganó la primera parte de las primeras 500 Millas Argentinas de Rafaela, esas polémicas que debieron suspenderse por lluvia, con Hudson. Allí, salió segundo en 1927 y 1928, consiguió el triunfo total en 1929 a 145,661 km/h de promedio, siempre con Hudson, oportunidad en que Carlos Zatuszek (nada menos) fue segundo con Mercedes Benz.

En 1928, siempre con la misma marca, fue ganador del Gran Premio Argentino organizado por el A.C.A. y segundo en la misma prueba, pero con DeSoto, en 1932.

Tiempo después, lamentablemente, lo esperaba a Mingo otra bandera a cuadros, la que marcaría el final de su carrera en este mundo, en un accidente fatal, corriendo en Arrecifes provincia de Buenos Aires, el 5 de marzo de 1933 con un DeSoto (que él bautizó La Chancha), donde también falleció su acompañante, Arturo Forasieppi, al embestir a la máquina de Victorio Zini que estaba detenida cambiando una cubierta, oculta por la polvareda.

Como dato accesorio, cabe citar que el Museo de la Colonización de Esperanza alberga partes del avión construido por Briggiler, ése que intentara volar Bucci, como así también el raro motor Bertin 4 cilindros y la hélice.

Mingo Bucci tuvo dos hijos: Rolando (en homenaje al héroe de la aviación francesa, Roland Garrós, fallecido en acción sobre el final de la primera Guerra Mundial) y Clemar. Este último, también piloto de nuestro automovilismo, intervino en Mecánica Nacional e, incluso, llegó a viajar a Europa para representar a nuestro país internacionalmente, donde intentó en cinco oportunidades con Simca-Gordini sin obtener clasificaciones.

Bocha Balboni
historiasdehya@gmail.com

RECONOCIMIENTO: Buena parte de los datos reflejados aquí provienen de los libros MEDIO SIGLO DE AUTOMOVILISMO ARGENTINO de Ricardo Lorenzo "Borocotó", de la ENCICLOPEDIA DE ORO DE AUTOMOVILISMO de Coche a la Vista, o HISTORIA DEL AUTOMOVILISMO DEPORTIVO ARGENTINO, de Alfredo Parga y LA FUERZA LIBRE de Guillermo Sánchez. Archivos, Luis Nagel, Hugo Oomes, Historias de Hombres y Autos.

Pablo Bucci en Zenon Pereyra

Pablo Bucci junto a la foto de Domingo Bucci
Pablo Bucci junto a la foto de Domingo Bucci

El pasado 30 de Setiembre la localidad Santafesina de Zenón Pereyra festejó sus fiestas patronales, honrando la memoria de varios ciudadanos ilustres que vivieron allí. Entre ellos y muy especialmente, una de las grandes leyendas de nuestro automovilismo, Don Domingo Bucci. Alli nacieron, también, sus hijos, Clemar y Roland.

Se invitaron a varias Asociaciones del Automovilismo histórico de localidades vecinas y, especialmente, al Esperanza Automóvil Club, puesto que allí, en los años 1927 y 1928, Domingo Bucci ganó las competencias en el mítico circuito de la zona sur de la ciudad, circuito que por sus características especiales merece todo otro artículo. Y allí fuimos con nuestros autos antiguos.

Como invitado especial se encontraba Pablo Bucci, descendiente de Domingo Bucci, heredero y continuador de la obra de Clemar Bucci. Trajo consigo elementos que formaran parte del auto soñado y diseñado por Clemar, el BucciSpecial y del cual tiene, según palabras de Pablo, completado en un 80%. El BucciSpecial es roadster biplaza con un motor Mercedes- Benz AMG V12. Salvo la mecánica, el auto es 100/100 Argentino (ver nota aparte).

Pablo Bucci realizó una interesante presentación audiovisual de la historia de su antepasado, primero como uno de los pioneros de la aviación y luego como corredor de autos, comentando que la esposa de Domingo le exigió que dejara la aviación porque era muy peligrosa.

El Sr. Pablo Bucci hizo entrega al "Esperanza Automóvil Club" del diploma original que el mismo Club había entregado a Domingo Bucci cuando ganó la carrera en 1927. Estimo que ha sido un gran desprendimiento de Pablo Bucci. Sobre este diploma cabe destacar que se entregaba al ganador pues si se ganaba dos carreras consecutivas o tres alternadas se hacía meritorio de la copa Challenger. Otro punto a destacar es que el pergamino lo firma el tesorero del Club, nada menos que el poeta José Pedroni.

Como siempre, en todos los eventos importantes CAdeAA estuvo presente con el Dr. Alberto Alonso de San Francisco, Córdoba y yo como representantes.

Armin Breitling