Mi padre, Pilo, llegó de Laborde, Córdoba, a los 14 años, para trabajar de peón de albañil, junto a sus dos hermanos mayores. Ahorrando pesos y centavos, a los 16 años se compro su primer moto, una Rudge Whitworth 500 cc. año 1927. Y fue por culpa de esa moto que aprendió el oficio que sería su sustento y su medio de vida por casi 55 años: mecánico de motos.
En esa época la llevo a un "taller de mecánica de motos" y se la devolvieron dentro de un cajón de manzanas. Con la paciencia que solo tiene alguien con hambre de andar en moto, la armó, la puso en marcha y anduvo hasta que un día la vendió.
Esa historia fue contada por mi padre decenas de veces, grabándose a fuego en mi cabeza y creando el anhelo de encontrarla, ya sea marca y modelo o, en su defecto, otra similar. Una sed insaciable que sólo quienes la padecen podrán comprender.
Siempre buscando y preguntando a gente amiga (gente que nunca se guardan un dato), los primos Santoro me anotician que en Las Heras, a escasos 30 km de casa, había un galpón con dos o tres motos, tapadas de polvo junto a un lote de repuestos interesante. Un domingo, al volver del campo, mi viejo pasó por Las Heras para descubrir, sorprendido, una Bianchi 350 cc año 1935 modelo Sport (armada), restos de otra (chocada) y una Velocette 500 muy rara…
Arregló el precio con el dueño, pagó, cargó todo en la F-100 (donde hay campo hay una Ford F-100) y se vino para casa. Al rato me comentó lo que había hecho. A mí, el bichito de la curiosidad me pica bastante fuerte, por lo que salí disparado a ver lo que había cargado, pensando que muchas veces, a uno le dicen que algo esta "de fábrica" y cuando lo ve, se desilusiona… ¡No fue este el caso!
Me quedé absorto mirando el estado de la Bianchi casi sin poder creerlo. Estaba completa toda ella, hasta los más mínimos detalles. Más aún, tenía hasta los calcos de agua originales, las gomas de los pedalines, los puños… ¡TODO!
Al otro día metimos manos a la obra, desarmándola completamente para limpiar y revisar, ya que no sabíamos desde cuando estaba parada, sorprendiéndonos al descubrir que le faltaba el grupo embrague completo. Salimos corriendo a Las Heras, preocupados, donde el dueño, gentilmente, nos dijo con una sonrisa; "HUY, SE ME OLVIDO DARTELO" devolviéndonos el alma al cuerpo. Por que ¿de donde íbamos a sacar un embrague completo para ésta máquina? La otra, chocada, tampoco lo tenía.
Ya más tranquilos la volvimos a armar toda, sin colocar un solo tornillo que no fuera de ella. La única excepción fue el tapizado del asiento, ya que las lauchas, ratas y otros roedores habían dado cuenta de él. Recurrí entonces al amigo Carlos Pugliesi, quien le hizo una réplica con "un cuerito viejo" que tenía por ahí, y que "se lo había sacado a alguna Ferrari…" Así que, por más que no fuera cuero original de Bianchi, era ITALIANO de pura cepa y de la mejor calidad.
En el 2009 la llevamos con Mariana a Autoclásica, y esa es una historia que muchos ya conocen: FIVA, por segunda vez en toda su historia, otorgó el Premio a la Originalidad a una motocicleta. Y fue esta, la Bianchi encontrada, recuperada y con su originalidad respetada a ultranza. Un verdadero orgullo para nosotros y para CAdeAA.
No obstante ello, mientras tanto, sigo buscando la moto perdida y encontrando otras olvidadas….