Nacido en Viena en 1907 fue tal vez el mejor conocido de los ilustradores del Tercer Reich. Después de graduarse de la escuela de comercio, asistió a la Universidad de Artes de Viena. Tomó la decisión de ser artista gráfico después de recibir elementos de dibujo de una Institución Caritativa de Estados Unidos. Gracias a su extraordinaria habilidad fue invitado a hacerse cargo del estudio de una importante agencia de publicidad de Suiza. Allí estudió inglés con el famoso novelista y poeta Irlandés James Joyce.
El inicio de su ilustre carrera fue la publicación de un dibujo suyo en la edición de Año Nuevo de 1932/33 de Berliner Illustrierte (unos meses más tarde el Editor en Jefe fundaría la revista Life).
En 1939 fue reclutado como soldado y asignado a un escuadrón especial de propaganda. Sus dibujos de los distintos frentes de guerra fueron publicados en muchos diarios, inclusive de países neutrales. La fábrica de aviones Junkers Flugzeug und Motorenwerke AG publicó dos libros con dibujos a color de Liska, para complacer a los soldados del frente y a los trabajadores de las fábricas de armamentos en Alemania. El arte de Liska cumplió con las expectativas de sus superiores, pero logró al mismo tiempo crear algo más valioso que el simple cartel de propaganda del régimen. Liska capta el drama real de la guerra, todo el dolor, sufrimiento, desesperación, trabajo duro, tenacidad, sentido de deber y coraje, que todos los participantes compartían, indistintamente de qué lado peleaban y morían.
Después de la guerra se radicó, con su esposa Elisabeth, en el sur de Alemania y fundó la revista Quick. Trabajó principalmente en publicidad para Mercedes Benz, Ford y Mülhens además de trabajos para Mârklin y muchas otras importantes empresas de Alemania.
Alrededor de 1970 la compañía de porcelanas Kaiser lanzó una serie de jarros y platos con más de 200 ilustraciones de Liska de ciudades de Alemania. Entre su extensa obra vale destacar sus relaciones de viaje y especialmente los cuadros expresivos del flamenco y de las corridas de toros. En su autobiografía "Malerisches Kulmbach", se confiesa admirador de Oskar Kokoschka, Pablo Picasso y Max Ernst.
Hans Liska goza de reconocimiento a nivel internacional debido a sus magistrales reportajes dibujados, su libro con bocetos sobre la guerra, todavía es un objeto demandado entre coleccionistas. Dibujando, experimentó la Segunda Guerra Mundial, los Juegos Olímpicos, el funeral de Jorge VI en Londres, así como carreras de autos en los EE.UU. Capturaba con el lápiz y el pincel lo que objetivos de cámaras fotográficas nunca podrían captar.
Toda su vida investigó curiosamente, apasionado por lo que hacía, siempre sobre la pista de lo esencial en la realidad, la gente y las cosas. Con su coraje incomparable para ser individual, su escepticismo critico y su carácter particular, Hans Liska fue un artista especial, siempre fiel a si mismo, nunca cambió su manera de pensar, ni de actuar.
Hans Liska murió repentina e inesperadamente, el 26 de diciembre de 1983, recitando uno de sus chistes famosos.