Fuimos invitados a una muestra y desfile en El Calafate. ¿Cómo dudarlo? Se nos presentaba la oportunidad de regresar a ese lugar paradisíaco, que ya conocíamos, considerado la octava maravilla del mundo. No sabíamos de qué se trataba y lo imaginábamos como nuestra fiesta personal. Pero fuimos sorprendidos por la fiesta interminable del "136º Aniversario del Bautismo del Lago Argentino", con 10 noches a todo color, para lo cual se montó un gigantesco escenario en el que, diariamente, actuaron grupos y solistas de primer nivel el Chaqueño Palavecino, Miranda, los Pericos, los Auténticos Decadentes, etc. Ni el viento ni las bajas temperaturas desanimaban a la concurrencia que disfrutó, además, de un show de fuegos artificiales en la noche inaugural y que colmó las plazas hoteleras.

El acto protocolar fue presidido por la Presidente Cristina Fernández de Kirchner, entregando una ofrenda floral en el Monumento del Perito Moreno. Después de su discurso comenzó el desfile de autos antiguos. El fantástico Camión Ford A 1929 (a esto yo le llamo "original") oriundo de El Calafate propiedad de Héctor (el Topo) Bul encabezó la columna y recibió el premio al mejor vehículo local de manos de la Presidente. Para nosotros, fue un honor, como Socios de CAdeAA, que nuestra chatita Ford A, "La Lecherita", fuera elegida la mejor entre los visitantes.

Tampoco nos privamos del paseo al Glaciar Perito Moreno. En un nutrido grupo de "antiguos" marchamos bordeando el Lago por un paisaje soñado y pudimos obtener la esperada foto. De regreso, la inmensidad patagónica se lució en la Estancia Río Mitre, donde la merienda criolla con influencias británicas (una mezcla de mate y tortas fritas con "five o´clock tea" con tartas y budines), acentuó más el descenso de las revoluciones biológicas que llevábamos desde Buenos Aires y que empezamos a experimentar desde el primer día.

Nosotros regresamos a nuestras obligaciones después de una semana inolvidable, pero la fiesta seguía. Faltaban la carrera de enduro, de motocross, la elección de la Reina y el tan esperado cierre artístico de Marco Antonio Solís.

Muy grata experiencia por la calidez de los organizadores, gente de Calafate que todo lo hace a pura pila, pulmón y entusiasmo contagioso y por el grupo humano de los participantes. Es imposible volver de estos viajes sin nuevos amigos. Raúl y Pilar GAMBOA, alma mater en la organización del Rally de los Glaciares, fueron otra vez los responsables de la impecable organización, con la invaluable asistencia de Miguel e Isabel RIVAS en el ensamble del grupo visitante.

En Calafate, no se privaron ni nos privaron de nada.