Aguas de Lindoia
Aguas de Lindoia
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El camino desde Sao Paulo hasta Aguas de Lindoia, es una belleza. Son 150 km de pequeños cerros llenos de frondosa vegetación, con campos de caña de azúcar y frutales. Hay mucha naranja y mucho verde. Pasar por los túneles de caña de Serra Negra es una experiencia única. Si al final del camino encontramos que no hay "Encontro de Carros Antigos", no sería para lamentar, luego del camino andado.
Casi 700 autos han concurrido este año, la mayoría del 40 al 70. El día sábado con 29°C de calor se encuentran pocos los autos de la década del 10 y 20. Llama la atención un Maxwell 1917 y muchos Ford T.
Había un Kaiser Carabela fabricado en Argentina, exhibido como cosa rara. El Best of Show fue un Mercedes Benz Roadster 1938. La locura de los precios del "Car Corral" igual al de Hershey, continuó más acentuado aun que el año pasado. Los autos en Brasil están al doble de precio que en EEUU. Un Ford A 1928 impecable, pero con frenos hidráulicos, a u$s 58.000; Coupe Chevrolet '39 u$s 41.000; Ford Phaeton 1934 u$s 75.000.-; Packard 1938 u$s 188.000.-; Ford T 1925 u$s 54.000.-; Isetta '58 u$s 35.000.-, etc. Lo más notable fue un auto simil Duesenberg, mezcla de Cord y Lagonda, marca "Harpía", había dos similares y se vendieron en U$S 176.000.- cada uno. Pregunté al dueño de que origen era el auto y me contestó que era creación propia. Inventó la marca "Harpía" y… ¡encontró compradores!
En cuanto al Autojumble, ya es sabido que no hay piezas raras de autos antiguos. Mucho moderno y este año se sumó la venta de chucherías que no tienen nada que ver con autos, pero atraen al público que sumó 300.000 concurrentes.
Eso sí, todos los autos muy cargados de cromados y los colores insólitos: un Austin de los años '50 color blanco y verde manzana contrastaba bastante con la sobriedad de los "british". Pero el ambiente es muy cordial y todos dispuestos a atender bien al visitante extranjero. Esto es lo más destacable del encuentro, donde el optimismo de los concurrentes va paralelo al boom económico del país.
Por: Pablo Justo