Noche de los recuerdos

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La noche del viernes 1º de Agosto fue nominada la Noche de los Recuerdos. Se invitó a los Socios a concurrir a la habitual cena con algún objeto que representara un recuerdo importante en su vida, pero con una condición: el dueño debía contar su historia.

Juan Motiluk presentó un importante y original samovar de origen ruso, que había traído consigo un matrimonio al escapar de la revolución comunista. Al morir, sus integrantes se lo dejaron a una vecina, quien se los vendió a los Motiluk hace 25 años. Maida describió cómo prepararon el té a la rusa en ocasión del cumpleaños de 15 de su hija.

Juan Carlos Álvarez Ponti relató la historia de una pieza histórica proveniente del Acorazado de Bolsillo alemán Admiral Graf Spee, que acosado por naves aliadas llego frente a Montevideo, donde su comandante Hans Langsdorf, luego de poner a salvo a su tripulación, decide hundirlo. Langsdorf se suicidó tres días más tarde en la ciudad de Buenos Aires. Uno de aquellos tripulantes, Alfred Therner, le regaló a la Mamá de Juan Carlos la cinta de la gorra de gala de su uniforme, la que exhibió. Luego de varios años Juan C. ubicó el domicilio de Therner y su familia, que la casualidad hizo que estuviese próximo al suyo propio. Therner había fallecido pero se contactó con uno de sus hijos quien se negó a hablar del doloroso pasado de su padre.

Alicia Alvarez Ponti presentó su tocado de novia, la bolsita de papel del avión de su luna de miel, las huellas plantares de sus hijos bebés, junto a las tarjetitas que estos le entregaran para diferentes Días de la Madre. También recuerdos de su primera comunión y la coronita de sus 15 años.

Roberto Di Gaeta presentó la chapa oval esmaltada con el número de su casa natal y recordó la forma en que la recuperó de entre trastos viejos a descartar.

Arturo Neuberger mostró fotos de su primer auto, un Chrysler 30, con el que participó de una regularidad organizada por el desaparecido Supermercado Gigante, y la publicación en el diario La Prensa de su foto junto a su hermana y dos amigos. También la de su segundo auto, un Dodge 29 en tiempos de su noviazgo con Irene, su actual esposa. Preguntado que fue acerca de la comodidad del asiento trasero de su auto, sonrió maquiavélicamente y se alejó sin contestar.

José M. Pedota exhibió su Solicitud de Inscripción en CAdeAA fechada hace 25 años. Explicó como durante ese lapso, se casó, tuvo hijos y muchas experiencias de todo tipo, siempre acompañado por la familia CAdeAA, donde conoció excelentes personas quienes, además de ser sus amigos, fueron verdaderos maestros de vida. Entre muchos, los dos más importantes fueron Rubén Rogès y Roberto Macnie. Relató la compra de su primer auto antiguo y sus primeros pasos como Socio recordando que fue Massarotti quien lo presentó al Club. Dijo también que, a pesar que muchos otros Clubes lo tentaron para asociarlo, el fue siempre fiel a una sola Institución: CAdeAA.

Marcela de Vaizieta presentó un bonito calentador de bronce, un Primus de origen sueco, pequeño y desarmable, guardado en una pequeña lata. Perteneció a un primo y padrino suyo con quien dejó de verse definitivamente cuando emigró a Europa. Tal primo era mayor que Marcela, quien recuerda haber hecho largos paseos con él. Otro primo, más tarde, completó el juego regalándole la alcuza (envase de lata para guardar alcohol) que perteneció al kit y era el único faltante.

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