Ceirano CS 1918
Ceirano CS 1918
Rara Avis
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Giovanni Battista Ceirano, abandonó la SCAT (Societá Ceirano Automobili Torino) en 1917, fundando con su hijo Ernesto una nueva fábrica: Giovanni Ceirano Fábrica Automibili S.A. con el Conde Belli de Carpenea como Presidente, reservándose don Giovanni la administración. A pesar de la tentativa de la SCAT de interrumpir la producción de la nueva fábrica, los negocios prosperaron inmediatamente pues la clientela recibió con aprobación el retorno de Ceirano a la escena automovilística. Al mismo tiempo se muestraría indiferente respecto de los coches construidos por la SCAT la que, sin la contribución de su inventivo fundador, no estaba en condiciones de presentar autos innovadores respecto de los modelos de pre-guerra.
Para la primavera de 1922 Giovanni Ceirano estableció su fábrica en el edificio de la Fundición Gaja. El símbolo CS se utilizó para denominar la versión deportiva de sus autos, que se afirmaban, entre otras competencias, en la semana Automovilística de Cerdeña y la Copa de los Alpes (con Ceirano como piloto y Pedro Catáneo en esta última) La marca ganaría dos veces la Targa Florio, también.
En 1923 Giovanni Ceirano logra recomprar una participación mayoritaria del paquete accionario de la SCAT, fusionando las dos empresas. Más tarde liquida la Giovanni Ceirano Fábrica Automóbili SA y cede su marca a la SCAT el 30 de Marzo de 1925. Por lo tanto, a partir de esa fecha, los autos de la marca Ceirano se fabricarían en la SCAT.
El Registro Ceirano italiano declara una producción total de 573 unidades y la existencia actual de sólo 17 autos de la marca en el mundo.
En Argentina, un ejemplar de este raro auto de una marca ganadora de dos Targa Florio fue encontrado en Mar del Plata por nuestro Consocio Diego De Luca, en poder de una familia y su compra le llevó tres años de gestiones debido a la interposición de una sucesión familiar. Lo notable es que su título lo declara como "baquet", por lo que agrega un ingrediente más a su interés. Se desconoce la existencia de otro ejemplar en el país.
Por: Orlando Bongiardino