Michael Dellepiane
Michael Dellepiane
Querido sobrino
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Me enteré con mucha tristeza que falleció uno de los últimos grandes personajes del automovilismo "Vintage", Michael Dellepiane, a la temprana edad de 68 ó 69. El sabía que andaba mal, pero bien a lo Michael, no cambió sus hábitos hasta el final.
Michael era un atorrante simpático, la mitad de Buenos Aires lo amaba, y la otra mitad lo quería matar. Hizo grandes hazañas con su legendario Gardner: Buenos Aires – New York acompañado por otro grande, Ricardo Berasategui, y luego la histórica "Vuelta al Mundo en menos de 80 días" con su hermano mellizo Junior en su Chrysler '29 tipo Le Mans. Para esta aventura Michael llevó un acompañante y Junior llevó dos: uno el fotógrafo, el otro el "nutricionista" (¡el cocinero de la cuadrilla de albañiles de Michael!). Desafortunadamente, éste viaje fue el comienzo del derrumbe de la salud de Michael, que había contraído tifus en Rusia; luego empezó el derrumbe de su situación económica y su matrimonio y finalmente su salud.
Por ser un tipo muy divertido, generoso, extrovertido, uno pensaba que tenía muchos amigos, pero lamentablemente eran amigos sólo de los buenos tiempos. Cuando llegó la tormenta muchos se borraron. Me parece que estuvo muy solo en sus últimos años y, todos los que fuimos amigos de Michael somos, en cierto modo, culpables de una especie de abandono de persona.
Tuve la fortuna de conocer a Michael como amigo durante 40 años. Recuerdo su absoluta ignorancia de cosas mecánicas. Si alguna vez un auto se rompía era siempre culpa de "la crapodina"; estoy seguro que se fue a la tumba sin saber que cosa es una crapodina…
Recuerdo una vez, en el Autódromo, en que Michael lideraba cómodo en su ASA Maserati y repentinamente paró, voviéndose a pata. Su mecánico Julio Acuña corrió a ver lo que había sucedido y Michael le dijo: "Bajó la presión de aceite". Julio no lo podía creer, fue la primera vez que M.D. había notado algo en el tablero indicando un malestar mecánico, actuando acorde a la información. Porque Michael acostumbraba a darle ¡a fondo hasta que reventaba! Era un buen piloto, aguerrido y poco "gentleman driver", muy rápido en cualquier auto, hoy el Gardner, mañana el Delage TT y pasado el Maserati monofaro, todo le venía bien.
La foto que acompaña esta carta fue sacada por Miguel Tillous previo a una carrerita del MG Club en Salto. Como todo el pueblo estaba presente en el circuito callejero, la cosa se presentaba muy peligrosa. En una reunión de pilotos uno sugirió: "Hagamos que corremos, yo te paso a vos y después vos a el, así el público se divierte. ¿Que te parece?" Michael contestó con un rotundo "NO", se dio vuelta y subió a su Gardner. Corrimos. No matamos a nadie. Pero nunca más corrimos en Salto; era demasiado riesgoso.
Darle un micrófono a Michael era para llorar de risa un rato largo, también era difícil recuperar el micrófono. Recuerdo una cena de entrega de premios, al finalizar un Rally de Mar del Plata, muy formal, en un salón del Chateau Frontenac con sus cortinas rojas y muebles franceses. Michael tomó el micrófono para agradecer el Club Marplatense "por organizar esta magnífica cena en este hermoso prostíbulo…." Otra vez hizo de comentarista en inglés en una carrerita en Salto… El inglés de Michael era casi inexistente, así que le salía una mezcla de palabras inglesas y castellano anglificado. Nadie entendía nada, pero tuvo a todo el mundo llorando de la risa.
No sé adonde fue a parar mi viejo amigo, si arriba o abajo; pero lo que sí sé, es que ¡tendrá amigos en ambos lugares!
Por: Tu Tío Mac
Foto: Miguel Tillous