Un observador del Rally Dakar
Un observador del Rally Dakar
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El Dakar fue, para nuestro fierrero país, un suceso inédito, extraordinario y para ese entonces único, pues ignorábamos que volvería en el 2010. Fernando Rodríguez Tarpinian, fue uno de los 32 privilegiados KTMistas que acompañaron al Rally, convocados por el importador de la imbatible KTM, marca y escudería de motocicletas nacida en 1934 en un taller de cerrajería en Mattighofen, Austria. KTM es un acrónimo formado por las iniciales de sus dos fundadores y del pueblo en el que la firma nació: Kronreif, Trunkelpolz y Mattighofen.
Si bien por rutas más amables, 4000 km arriba de esa moto son de considerar. Su condición, además, de productor independiente de TV hizo que viera y viviera íntimamente la competencia. Invitado por CAdeAA , Fernando desgranó vivencias del Rally destacando lo sacrificado de la tarea de los pilotos sin apoyo oficial, la incansable tarea de los mecánicos, lo complejo y eficiente de la organización y la increíble adhesión que despertaba el paso de las máquinas por cada rincón del recorrido. Tres millones de personas se desvivieron por verlos, a pesar del frío, o el calor o la polvareda.
Como anécdota contó que, cierta vez, descansando su grupo bajo un árbol, se le ocurrió a uno de ellos, mentir que estaban perdidos a un changuito que se les acercó. Al rato vino gente a asistirlos y a avisarles que, más adelante, ¡¡una congregación religiosa se hallaba rezando para que encontraran nuevamente el camino!! El mentiroso pinchó siete veces en los siguientes días. Sus compañeros lo volvieron loco, atribuyéndolo a un castigo divino.
En otro orden, la anécdota destaca la solidaridad y vocación de servicio de los paisanos argentinos, por más remoto que fuera su hábitat.
Fue un lindo encuentro y con un tema inhabitual que despertó el interés de los Socios y redundó en un siempre ameno relato.
Foto: Fernando Rodríguez