El primer auto en la Antártida

El primer auto en la Antártida

El primer auto en la Antártida

El primer auto en la Antártida
Febrero 1908. Desembarcan el Arroll Johnston <br/> del Nimrod
Febrero 1908. Desembarcan el Arroll Johnston
del Nimrod
Rueda encontrada del Arroll Johnston
Rueda encontrada del Arroll Johnston

En 1907 se organizó la Bristish Antarctic Nimrod Expedition, dirigida por Ernest Shackleton, uno de los más grandes expedicionarios antárticos. Fue financiada por el empresario Sir William Beardmore que acababa de salvar de la quiebra a la empresa escocesa fabricante de autos "Arroll Johnston". Para promocionar la marca envió en el Nimrod, velero usado por Shackleton, un auto especialmente equipado para climas fríos. Era diseño clásico pero se le quitó el radiador. Tenía un motor de 15HP con el caño de escape envolviendo el carburador, serpenteaba debajo del piso, para calentar los pies del conductor y terminaba adherido a un pequeño compartimiento para derretir la nieve. Se enviaron juegos de ruedas con neumáticos y también con madera. No hubo tiempo para probarlo bien en Escocia, en bajas temperaturas, y en el sur no resultó como esperaban. La idea era usarlo para llevar los víveres desde donde pudiera llegar el barco, hasta Cape Rod, en tierra firme, donde se construyó la casa principal. Pero al desembarcarlo y ponerlo en funcionamiento, el auto se enterró en la nieve hasta los ejes. Fue una decepción porque se lo pensaba llevar hasta el polo sur, que era la meta de Shackleton, recorriendo 2.800 km, pero era evidente que solo se podía utilizar en hielo firme. Bernard Day, el mecánico, construyó un garaje con los cajones de latas de aceite para motores marca "Prices", que aún permanecen ahí, aunque fueron recientemente vaciadas para no contaminar el ambiente. Lo insólito de su periplo fue que, muy seguido, tenían que parar de usarlo porque a pesar de las bajas temperaturas, el motor recalentaba y debían hacer pausas de 20 minutos antes de continuar. Tampoco llevaron orugas que hubiera ayudado mucho en su desplazamiento. Lamentablemente no hay registro de su paradero siendo un misterio su desaparición. Hay versiones que comentan que pudo haber caído en una grieta y fue abandonado, o probablemente lo hayan dejado a la deriva arriba de un hielo para desaparecer luego en las profundidades del mar, según otra versión el auto fue embarcado nuevamente hacia Inglaterra pero durante una tormenta se cayó, o fue arrojado por la borda. Lo único que queda es una rueda (foto) que estaba en la choza, encontrada en 2009, junto con cajas intactas de whisky marca Mackinlay's de más de 100 años, cuyos contenidos fueron analizados en la fábrica White & Mackinlay's y estaban en perfecto estado de conservación, por haber estado congeladas y en la obscuridad todo el tiempo.

El único auto similar existente, se encuentra en el museo Antártico de Christchurch en Nueva Zelandia, desde donde partió el Nimrod en 1907. En 1912 Shackleton volvió a la Antártida en el Endurance y realizó una de las hazañas más grandes que se tiene registrada entre exploradores, pero será para contarla en otra oportunidad.

N.de la R:
Sir Hubert Wilkins llevó un "Baby" Austin (Austin 7) en su expedición de 1927. In 1963, ANARE (Australian National Antarctic Research Expedition) llevó un VW Beetle 1962 Rojo Rubí, al que le asignaron la chapa "Antarctica 1" Luego enviarían otros Escarabajos en dos oportunidades más. Recientemente nuestra ACTC llevó un Torino TC al Continente Blanco, haciéndolo dar varias vueltas alrededor de nuestra base antes de regresar. La motivación fue solamente alegórica, sin un motivo práctico.

Antártico

El primer auto en la Antártida

Es una lástima que hayan desaparecido los rastros de este auto. Estuve en Cambridge, visitando a Peter Bird, un biólogo de la Universidad, que vivió un año conmigo en la Isla Decepción, Antártida, y fuimos juntos a la Shackleton Memorial Library (foto). Allí estuve indagando y no hay rastros del auto. Me pidieron una copia del libro del Alférez Sobral, que pasó dos años en la Antártida, acompañando a Otto Nordenskjöld, cuando naufragó el "Antarctic". El relato de Sobral, del momento en que, después de dos años, ven aparecer un barquito en la bahía y al acercarse, ve con orgullo que en el mástil flameaba la bandera argentina, es muy emotivo. Era la corbeta Uruguay, al mando del Capitán Irizar, enviado por el Gobierno Argentino en su rescate.

Estoy muy ligado a los temas Antárticos, son apasionantes las aventuras de Shackleton y Scott.

La última página del diario del Capitán Scott, antes de morir congelado, es conmovedora. La tengo en un cuadrito y figura con orgullo para los ingleses, exhibida a la entrada del British Museum.

Mi año en la Antártida fue sensacional. Era una base científica y nos dedicábamos a estudiar la ionósfera, anillar focas, visitar la base inglesa y chilena que co-habitaban en la isla. Yo salía a volar con el Otter piloteado por un inglés de la Royal Air Force. Éramos locos y jóvenes, hoy día ni borracho subo a esos aviones monomotor. Se le plantaba el motor y éramos hombres muertos. Hasta operé un escocés de apéndice, Bill Geddes. Hice de segundo cirujano, el médico nuestro nunca había operado antes, total nosotros íbamos todos operados. Lo más cómico fue que nunca le encontramos el apéndice y el hombre quedó bien, a pesar del revoltijo que le hice en las tripas. Recibimos luego de la cirugía, un telegrama de lujo de la Reina Isabel, agradeciéndonos por haberle salvado la vida a un súbdito británico. Luego de 6 meses, cuando llegó el verano, lo llamé a la radio y le conté la verdad. A la semana tenía dolores nuevamente y lo evacuaron.

Por: Ing. Pablo Justo