En busca del pasado
Memorias de Kirbus
En busca del pasado
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Nada mejor que buscar contrastes para apreciar mejor la virtud real de un objeto. Como por caso emprender un viaje al pasado de nuestro país con un automóvil tan avanzado como el Citroën Picasso. Desde luego una excursión así hay que saber programarla bien para enlazar varios sitios con sabor a historia. Así fue como proyectamos una salida, para evaluar el auto, a Córdoba y Santa Fe viendo cosas hoy olvidadas por muchos, y otras que casi nadie conoció.
Córdoba es una comarca cuajada de testimonios del ayer… y del anteayer. Como por caso la recóndita capilla de Candonga del otro lado de la Sierra Chica viniendo desde La Cumbre. Se mantiene impecable, rodeada de silencio y de Naturaleza pura. Poco visitada es, sin embargo, un exponente interesante de la arquitectura colonial que invita a sumergirse por un rato en el pasado.
O bien el apenas conocido molino de agua de Eiffel en el paraje San Esteban, no lejos de Los Cocos. Hecho en Francia y traído al país en el Siglo XIX, fue llevado a aquél remoto lugar para ser instalado y proveer de agua a una importante estancia serrana. Lástima que los fuertes vientos finalmente doblegaron las aspas que hasta hoy no fueron reparadas, aunque se yerga aún orgulloso a corta distancia de la Ruta Nacional 38.
También en Córdoba, pero a corta distancia del centro, se encuentra en el Parque Sarmiento la Vuelta al Mundo, una gran rueda con vagonetas cuyo origen, asimismo, se atribuye a las fábricas de Gustave Eiffel, el de la gran torre parisina. Llegó al país hace un siglo y se instaló primero en San Miguel de Tucumán. A los pocos años sufrió un desperfecto y fue trasladada a Córdoba, donde funcionó hasta que, en este caso también, un violento tornado la dañó. Reparada, pero ya sin funcionar para el público, saluda desde lo alto del Parque Sarmiento para sorprender a todos quienes no esperan encontrarse con semejante monumento de la técnica.
Y aún más: camino de regreso de Córdoba a Buenos Aires es el caso de no perderse una visita al fortín San José de la Esquina, reconstrucción de uno de aquellos baluartes hechos para avanzar con la "frontera del trigo" y la civilización, cuando los bravos naturales aun asolaban la campiña y hubo que proteger la población del los ataques de los bárbaros. Todo está reproducido aquí: la comandancia, las cuadras, una cocina, la capilla, además del mangrullo desde donde se vigilaba la vecindad. Todo rodeado por un cerco de "palo a pique", y con un puente levadizo para estar a salvo de ataques sorpresivos.
Un itinerario de estas características solo puede encararse con un vehículo apto para toda clase de caminos, desde asfalto hasta tierra natural con huellones. El Citroën Xsara Picasso nos pareció en aquel momento una buena opción, por una experiencia previa que ya teníamos con este modelo: excelente visibilidad, una posición óptima de manejo del conductor, confort por doquier, buen espacio comenzando por el baúl, una refinada aerodinámica y una notable economía de consumo.
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Por: Texto y fotos: Federico B. Kirbus